viernes, 2 de octubre de 2009

Proyectos de Ley

Si se pregunta a la mayoría de los consultores en Gestión de Calidad en Argentina cuáles son los obstáculos más comunes que se encuentran en las empresas para la implementación de Sistemas de Gestión de la Calidad, no es la renuencia de los empresarios a invertir en Calidad, no es la falta de capacitación del personal, etc., esos tópicos aparecen, pero el más usual es: la falta de definición de autoridades y responsabilidades. En muchos casos los directivos encuentran más cómodo asignar las responsabilidades a las personas después de que suceden los hechos: "eso era responsabilidad suya..." (sobre todo si se le asigna responsabilidad al subalterno, pero no se le asigna la autoridad correspondiente, es decir: los errores son tuyos, los aciertos son míos). El no tener claramente definidas las responsabilidades de las personas en una organización es la causa de la mayor erosión de la cohesión de la organización.
La división del trabajo es algo muy antiguo y hasta hoy sigue dando buenos resultados, siempre suena mejor una orquesta con músicos que cada uno toca un instrumento y no con varios hombre-orquesta tocando todos los instrumentos. Pero pareciera que en las organizaciones prefieren los hombre-orquesta. Para ser más claro: "zapatero a tus zapatos" es la forma más lógica de actuar, aunque no esté de moda.
Y parece que en política tampoco está de moda.
Poder Ejecutivo: es el encargado de EJECUTAR las leyes que el Poder Legistativo está encargado de "fabricar" (LEGISLAR), pero observamos desde hace ya bastante tiempo y con distintos gobiernos, que el Poder Ejecutivo pasa meses y aún años elaborando detallados Proyectos de Ley, que después pretenden que el Poder Legislativo vote sin modificar ni examinar, casi a libro cerrado limitándose a levantar la manito para decir "apruebo". Este tipo de conductas generan dos problemas: el que hace lo que no debe (el Ejecutivo legislando) resulta ineficiente para hacer lo que sí debe (pone sus recursos humanos, económicos, etc., al servicio de la elaboración de leyes y se los resta a su misión de hacer cumplir las leyes vigentes). El otro problema es para los que deben hacer la tarea que el otro les quita: es, por lo menos, frustrante; pero además es quitar del ámbito lógico y preparado para la tarea lo que se debe hacer, generando "ruido" y errores. Este tipo de conducta se basa en la "disciplina partidaria" o la "lealtad" por encima de la razón, entonces la ambición de quien toma la tarea del otro es hacer que el otro por lealtad se limite dar aprobación sin revisar. El resultado difícilmente puede ser bueno si no se permite la revisión (en Sistemas de Gestión de Calidad la revisión es una actividad OBLIGATORIA, se debe demostrar que se revisa: se revisa la Política de Calidad, se revisan los Procedimientos, se revisan los Métodos de Control de Calidad, etc.).
Cómo debería actuarse: en mi opinión, los Proyectos de Ley deberían ser meros borradores con el título y los objetivos que la ley que se pide debería permitir alcanzar y Los Legisladores son quienes deben darle forma a la ley. Es lógico que haya temas en los que para poder gobernar el Ejecutivo necesita determinada ley o la derogación de determinada ley que puede resultar un obstáculo y, si bien esa es tarea del Poder Legislativo, éste puede (y debe) consultar a ministros, secretarios, subsecretarios, etc., para la mejor redacción de la ley y tiene todos los mecanismos como para hacerlo, pero una cosa es consultar y otra muy distinta es ocupar a esos ministros, secretarios y demás en la elaboración de leyes.
Las cosas funcionan más fácil y mejor si cada uno hace lo que le corresponde.