sábado, 16 de octubre de 2010

Tercer principio: Participación del Personal

Según ISO 9000: El personal, a todos los niveles es la esencia de la organización y su total implicación posibilita que sus habilidades sean utilizadas para el beneficio de la organización.
Si por organización entendemos los distintos estamentos de la función pública, el "beneficio de la organización" debe ser entendido como beneficio del pueblo a quien van dirigidos los esfuerzos del área en cuestión, por lo tanto este principio es de vital importancia para que las políticas a implementar en las distintas áreas sean efectivas y eficientes.
¿Qué siginificaría entonces en Política la Participación del Personal?: es de uso más que frecuente que al asumir un nuevo Gobierno se ocupen todos los cargos directivos de los Ministerios, Secretarías, Subsecretarías, etc., con personas afines al partido político electo y, en muchos casos, con pocos conocimientos respecto del área que toman a cargo. Lo ideal es que cada vez en mayor medida los cargos más importantes sean ocupados por funcionarios de carrera del área en cuestión, que conocen los manejos internos de la organización y pueden darle a la misma la celeridad necesaria para una correcta aplicación de las directivas del Ejecutivo. Es lógico que los ministros sean funcionarios políticos, pero de ahí en más cuantos más "acomodados" haya en la función pública, peor el funcionamiento de la organización.
La Participación no termina en la designación de funcionarios de carrera, implica un diálogo creativo que permita a todo el personal implicarse en las tareas, lamentablemente la realidad en un País en el cual uno de los mayores problemas económicos es la informalidad laboral (trabajo en negro), es usual que haya mucho personal en las áreas administrativas del Estado bajo contrato a veces bastante precarios, entonces, si se quiere que cada área funcione en forma eficiente (es bien conocido que una gran parte del esfuerzo en planes sociales de disipa en ineficiencia administrativa), la correcta selección (por capacidad, no por afinidades políticas), el adecuado entrenamiento y continua capacitación, además de una correcta dirección y la posibilidad de aportar creativamente a la concreción de los objetivos políticos de la organización, son una necesidad que debe ser tenida muy en cuenta a la hora de dirigir cada entidad administrativa del Estado.
Todas las voces deben ser escuchadas, frecuentemente la voz del personal es llevada por los distintos sindicatos que agrupan al personal, deben ser escuchados, pero no exclusivamente, la voz del personal en forma aislada, a veces como sugerencias anónimas, encuestas, etc., debe ser escuchada de la forma más amplia posible y valorada debidamente.
La adecuada atención a este principio puede significar que con menos gasto presupuestario pueda realizarse mucho más por la gente que lo que usualmente se hace con mucho más gasto.
El valor que debe estar presente en forma permanente es la honestidad, de las voces del personal no deben desestimarse posibles denuncias de corrupción, por el contrario, la transparencia, la investigación de las denuncias, son claves para que el ejemplo de un gobierno honesto no quede sólo en palabras.